El psiquiátrico español

monsterid

En un solo día, este desGobierno, esta cuadrilla de mindundis y de chutados que, no se olvide, están donde están por arte de los votos de una buena parte de los españoles, pactó la prórroga del estado de alarma con el separatista PNV –esos meapilas proetarras casi peores que éstos porque nunca dan la cara– y con el engendro denominado Ciudadanos rompiendo el bloque de la famosa investidura para, a renglón seguido, en el despacho de al lado, acordar con los proetarras de Bildu derogar íntegramente la reforma laboral pepera del traidor/masonazo Rajoy  –bueno, en el PP hasta la señora de la limpieza es masona–, dándoles por el tralará sin rubor alguno a los «agentes sociales», a esos que no se sabe muy bien a qué se dedican, para, no contento aún Sánchez con todo ello, con ese cúmulo de contradicciones, romper el pacto con Bildu obligando a la formación proetarra a aceptar un nuevo pacto que contempla solo cambios parciales en la reforma laboral, lo que provocó que el chutado de Iglesias se cogiera un cabreo monumental y se fuera a los medios a gritar desaforado, enloquecido, con esa voz afeminada que se le pone cuando los nervios le traicionan, aullando cual lobo herido echando sapos y venablos por su sucia boca, que de eso nada, que para eso está él que es, en realidad, el que manda.

España es un psiquiátrico en manos de los locos.

Arrimadas se baja las faldas no un poco más, sino cada día varias veces, porque busca hacer méritos para terminar en el PSOE o en un carguito cualquiera, eso sí, bien remunerado, una vez que la mierda de Ciudadanos, que hule que apesta desde su fundación, acabe como aquella otra mierda que fue UCD y la siguiente, el CDS. Nada le importa a esta petarda, nada excepción hecha de sí misma; como a todos los demás.

Casado, ese chisgarabís, ese cantamañanas, ese niñato que aún toma biberón, sigue en la estela de sus antecesores peperos absteniéndose siempre, no mojándose, flacido, dubitativo, cobarde, agarrándose a la silla cuyas patas cada día parece estar más claro que son vídeos, fotografías o documentos de su pasado que sabe que, como le pasó a Cifuentes, aquel cohete que acabó en dos días pegando el petardazo, pueden darse a conocer, salir a la luz y circular profusamente dando al traste con sus ambiciones.

Las FF.AA. mirando a la bandera, pero de espaldas, firmes en la nada, saludando al Sol, seguras de que frente al enemigo, cuanto más lejos mejor.

Las fuerzas policiales, Guardia Civil y Policía Nacional —para qué hablar de las dos separatistas–, metamorfoseadas en la KGB y la Stasi, acudiendo a reprimir al pueblo sano que grita libertad y España.

Los obispos con bozal (mascarilla) por aquello del virus, mirando al cielo esperando a que les caiga la breva, mientras las ovejas balan descarriadas.

La Administración paralizada por completo porque los funcionarios hace dos meses que pegaron la espantá y no tienen intención de volver.

Y… los españoles flipando en colores, preocupados por si habrá o no piscina, mientras sólo unos pocos se levantan contra la tirania que nos oprime y otros no pocos la amparan con acciones cada vez más violentas o con el silencio cobarde. Los enfrentamiento en la calle comienzan a prodigarse, las tortas están a punto y, puede que a no tardar mucho los puñales vuelen que, no les quepa la menor duda, es lo que esperan algunos para dar el zarpazo.

España convertida en un psiquiátrico gobernado por los locos, está dando un espectáculo demencial como pocas veces en su Historia. España a la deriva porque los españoles hace décadas que perdieron la razón, la cabeza, el mínimo sentido de la decencia, dignidad y honor. Por haberse acostumbrado a vulnerar y a que se vulneren las leyes, aún con sus defectos, por no exigir nunca responsabilidades no sólo a los otros, sino más aún a los propios. España el hazmerrír del mundo, reducida a la indigencia que aprovechan sus enemigos de siempre para hincarle el diente en sus aguas territoriales e intereses hasta sacarle los higadillos. España sumida en la locura va camino de repetir lo peor de su historia más reciente. España en manos del marxismo socialista y comunista, esa ideología aberrante, degenerada, criminal, puesta en evidencia mil veces, fracasada siempre entre ríos de sangre y toneladas de miseria, en la que nadie cree ya, pero que aquí triunfa como sólo puede hacerlo entre los infectados por la idiocia y la estupidez de los que la siguen, como de los que no, pero que tampoco dan un paso al frente ni empujados.

España es un psiquiátrico en manos de los locos… no sólo los de arriba, que conste.


Deja una respuesta

Su dirección de correo nunca será publicada. Si la indica, podremos contestarle en privado en caso de considerarlo oportuno.*